Hoy me lo dedico a mí
Durante toda la semana he estado pensando qué escribir el día que me tocaba publicar, que era ayer, Día de la Mujer. Este año ha sido más reivindicativo que nunca y yo también he decidido sumarme a la huelga y pasar el jueves en «silencio de redes». En Coruña han declarado el 8 de marzo festivo local, así que por defecto ya no trabajé fuera de casa. Como puedes ver, he pasado el post a hoy, con la intención de dedicármelo a mí y luego te explicaré por qué.
Dedicarme el día a mí es empezar dedicándoselo a las dos mujeres que han hecho que yo sea la mujer privilegiada que soy. Mi madre y su madre, mi abuela.
Gracias a mi abuela aprendí a valorar el amor por los detalles, por la tierra, los animales y sobre todo las plantas. Por el trabajo de las manos, que le hacía no parar nunca, pero siempre feliz y serena y con mucho amor para darnos a todos. Ahora entiendo que en una época en la que el trabajo, el hacer cosas, era considerado un deber y un sacrificio, para ella era lo que le daba sentido a su vida. El estar sentada a su lado y verla «hacer» con sus manos creo que me ha marcado y ha conseguido que también sea una actitud vital para mí.
Gracias a mi madre (¡hay tantas cosas por las que le tengo que dar gracias!) aprendí a tener ambiciones. A creer que si estudiaba y me preparaba, en mi mano podía haber un futuro con muchas más posibilidades de las que había tenido ella. A no pensar que lo más importante de mi vida era conseguir un hombre e hijos y que con ello mi vida ya estaría plena. En estos momentos nos parece mentira que una niña-adolescente tenga eso entre sus prioridades, pero en los 80 en los que yo me crié no era tan raro y muchas madres aún alentaban eso en sus hijas.
Aprendí también a no despreciar ningún aprendizaje, así que, aunque los estudios siempre estuvieron en primer lugar, también había lugar para enseñarme a cocinar, a ir al mercado y a limpiar el pescado para comer rico y fresco, y a saber limpiar mi casa cuando hacía falta (que lo hizo, porque me fui a vivir sola muy jovencita). A coser para poder ser independiente arreglándome mi ropa y a bordar para rodearme de belleza y poder contar historias con mis manos. A respetar los valores heredados y a ser creativa.

Por el camino también han quedado algunas cosas, claro. Fantasmas que han ido creciendo porque a veces los he alimentado yo misma. No me han enseñado o no he querido aprender a espantarlos, porque esa es la mochila que llevamos muchas mujeres todavía. La autocrítica feroz, que me hace perder la confianza en mí misma y en mis capacidades y valores. La presión por querer llegar a todo, como si tuviera algo que demostrar a alguien. La exagerada valoración de mi propia imagen, de mi aspecto físico, que me hace ser mi peor enemiga.
Creo que he sido muy afortunada en la vida y no creo que haya sufrido demasiados obstáculos por ser mujer. Las más grandes zancadillas me las he puesto yo misma. Y por eso hoy quiero dedicarme el día a mí misma. Porque al menos una vez al año quiero estar por encima de todo y quererme y cuidarme más que a nadie. Y después de mí, a mi madre, Mercedes. Gracias, mamá.
Me encantaría saber si ayer tomaste alguna decisión especial en cuanto al Día de la Mujer y a quién se lo dedicaste.
Un abrazo,
9 Mar, 2018 @ 23:00
¡Qué bonito post! Yo pasé la mañana en silencio conmigo misma y pensé que no era día para eso, pero ahora que te leo he cambiado de opinión. De todas maneras, decidí que voy a ocupar parte de mi tiempo a un activismo feminista más constante. Gracias por compartir.
11 Mar, 2018 @ 20:05
Pues yo he decidido estar más hacia dentro que hacia fuera, porque me he dado cuenta de que muchas de mis limitaciones como mujer, con respecto a un hombre, me las pongo yo. Es un tema de educación y de machismo en la sociedad, evidentemente, pero en estos momentos creo que estaría en mi mano modificarlo.
¡Gracias por comentar!
9 Mar, 2018 @ 23:54
Gracias por dedicarte el día a ti, por reconocerte en sus manos y por hacer y compartir. Ha sido un placer leerte más personal que nunca. Un abrazo
11 Mar, 2018 @ 20:05
¡Muchas gracias, Ana! En estos momentos lo estoy sintiendo así… Un abrazo.
10 Mar, 2018 @ 11:27
Con tus reflexiones dedicadas a ti y a tus mujeres nos has hecho un regalo. Gracias por compartir tanto y movernos para pensar un poco más en nosotras mismas. Un abrazo.
12 Mar, 2018 @ 17:46
Gracias a ti por leerlo. Sin alguien al otro lado esto no tendría sentido ;)
¡Un abrazo!
10 Mar, 2018 @ 22:06
Un niño le pregunta a su abuelo, «abuelo yo quiero saber cómo son las personas y el abuelo le responde, «está bien yo te voy a enseñar cómo son las personas, va el abuelo al patio con su nieto, cogen el burro y salen a dar un paseo. Pasan el abuelo y el niño caminando y llevaban el burro con una soga detrás de ellos, al pasar por frente a unas personas sientes que estos dicen, «miren a estos dos tontos, ¿por qué no se montan en el burro y no caminan?, luego el abuelo monta al niño encima del burro y pasan por frente de otro grupo de personas, y las personas dicen «mira ese niño que insensato, ¿por qué no deja que el viejo se monte en el burro?”, entonces el abuelo se monta en el burro, y pasan por frente de otro grupo de personas, estas dicen, «mira al viejo descarado ese, haciendo caminar al niño. Al final el abuelo se baja del burro y le dice al nieto, «vamos a cargar nosotros ahora al burro cargan el abuelo y su nieto al burro, y pasan de nuevo por frente un grupo de personas, que estas dicen, «pero mira a estos dos tontos, ¿por qué no se montan en el burro y así no caminan?. Moraleja: haz lo que te parezca correcto y lo que deje tranquila a tu conciencia, de todas formas, siempre vas a tener quién te quiera criticar.
12 Mar, 2018 @ 17:48
Sabias palabras, Maud. Criticar cuesta muy poco…
Un saludo.
12 Mar, 2018 @ 12:41
Te leo desde una cafetería donde se supone que tengo que estar organizando toda mi agenda de la semana, donde debo ser productiva y donde debo saber aplicar todas mis habilidades para llegar a mis obligaciones.
Ya ves, que he acabado leyendo tus bonitas y sinceras palabras. Ahora respiro fuerte y me paro a reflexionar.
Gracias
12 Mar, 2018 @ 17:49
En esas mismas prisas ando yo la mayoría del tiempo… sin pararme a respirar. Y no dejarse ser nos agota.
¡Gracias por pasarte por aquí!